It’s all good, man 

Nadia Cárdenas Sánchez 

Recientemente fue la entrega de la 74ª edición de los premios Emmy, y para sorpresa de muchos, la serie Better Call Saul se fue con las manos vacías. Asimismo, durante sus seis temporadas, la precuela de Breaking Bad recibió 46 nominaciones en total, pero desafortunadamente no obtuvo tampoco ninguna victoria.  

En esta ocasión, en lugar de entrar en el debate si debió ganar o no, vamos a hablar de algunos puntos que hacen de esta serie una joya de la plataforma de Netflix.

  • El elenco 

Comencemos con Bob Odenkirk como Jimmy McGill y Rhea Seehorn como Kim Wexler, son una pareja excepcional, gracias a sus actuaciones vemos cómo ambos personajes se complementan de forma única, aunque al mismo tiempo se hagan daño al cegarse por sus ambiciones. Además de contar con los ya conocidos Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks), Gus Fring (Giancarlo Esposito) y la familia Salamanca, especialmente Lalo (Tony Dalton), ellos sirven de entrelace con la historia de Breaking Bad y dotan de suspenso las últimas temporadas. 

  • La historia 

Aunque a primera vista la vida de un abogado puede resultar aburrida, Jimmy tiene lo necesario para atraparte con su personalidad “escurridiza”. Desde la cotidianidad de una diminuta oficina detrás de un salón de belleza hasta llegar a una mansión millonaria, podemos ver la transformación del protagonista, quien poco a poco entra en un mundo de corrupción, avaricia, valores cuestionables y la turbia conexión con personas que ponen en peligro a sus seres queridos. 

  • La cinematografía 

La forma de contar la historia le aporta un lenguaje visual que añade y refuerza las emociones de cada escena. Al ser una serie dramática, los silencios forman parte del mensaje, hay escenas en las que no necesitamos diálogos para saber qué piensan los personajes, uno de los mejores ejemplos es (spoiler alert) el día después de la muerte de Howard, cuando Saul y Kim tienen que seguir con su rutina, mientras Mike y su equipo lidian con ese problema. Y no olvidemos el cambio de color cuando nos muestran la vida de Gene, el cual refleja perfectamente cómo se siente y añora volver a tenerlo todo. 

  • El final 

En ocasiones, los espectadores de las series pueden quedar inconformes con el final que los guionistas le dan a una historia, es difícil complacer a todos; sin embargo, tanto Better Call Saul como Breaking Bad, en mi opinión, tienen finales redondos, es decir, cada quien recibió el destino que merecía; si bien Saul era culpable de muchos crímenes, a diferencia de Walter, él aún tenía un límite en su moral sobre a quién hacerle daño y a quién no.  

Es así como ha terminado una excelente serie, hermana de otra joya, a ninguna le falta, a ninguna le sobra. Better Call Saul pasará a la historia como un referente en la creación de series, todo gracias al apoyo de sus fans y al excelente trabajo de realización de todo el equipo, después de todo, no son los premios quienes definen la calidad de un proyecto.