Por Rosalinda Becerra
En el vasto espectro de la neurodivergencia, hay un fenómeno que destaca por su intensidad y su potencial tanto constructivo como destructivo: el hiperfoco. Como persona con TDAH, he experimentado de primera mano la poderosa capacidad de concentrarme profundamente en una tarea, hasta el punto de perder la noción del tiempo.
Pero ¿qué es el hiperfoco?
Es la capacidad de concentrarse de manera intensa y prolongada en una actividad específica. Durante estos periodos podemos trabajar durante horas sin descanso, ignorando necesidades básicas como comer o dormir. Esto puede ocurrir en cualquier actividad que nos interese profundamente, desde hobbies como los videojuegos, la historia o el arte, hasta incluso con un alimento en particular.
¿Por qué sucede?
Aunque la investigación sobre el hiperfoco aún está en desarrollo, hay varias teorías que intentan explicar por qué las personas neurodivergentes, especialmente aquellas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o autismo, experimentan hiperfoco.
Una teoría popular es que nuestro cerebro busca estímulos que le resulten gratificantes o interesantes, y cuando los encuentra, se concentra en ellos de manera intensa. Esto podría estar relacionado con el sistema dopaminérgico del cerebro, que regula la recompensa y la motivación. En personas con TDAH, por ejemplo, se cree que hay una disfunción en la forma en que el cerebro procesa la dopamina, lo que podría llevarnos a buscar actividades que proporcionen una mayor liberación de esta sustancia química, resultando en periodos de hiperfoco.
Además del papel de la dopamina, se ha sugerido que otras áreas del cerebro están implicadas en el hiperfoco. Por ejemplo, el sistema de activación reticular, que regula los niveles de alerta y atención, podría funcionar de manera diferente en los cerebros neurodivergentes, facilitando estados de concentración extrema.
Otra explicación es que el cerebro neurodivergente tiene una respuesta atípica a los estímulos. Las tareas que otras personas pueden encontrar aburridas o monótonas pueden ser extremadamente difíciles de mantener para nosotros. Sin embargo, cuando encontramos algo que realmente nos interesa, nuestra motivación y capacidad de concentración se disparan, permitiéndonos sumergirnos profundamente en la actividad.
El hiperfoco tiene sus aspectos positivos. Puede permitirnos alcanzar niveles profundos de conocimiento y habilidad en áreas de interés. Muchos artistas, científicos y programadores neurodivergentes han utilizado su capacidad de hiperfoco para lograr grandes avances en sus campos. Sin embargo, también puede presentar desafíos significativos:
- Impacto en la salud: El olvido de necesidades básicas como comer y dormir puede tener efectos negativos a largo plazo en nuestra salud física y mental. La deshidratación, la falta de sueño y la mala alimentación pueden afectar negativamente nuestro rendimiento y salud general.
- Dificultad para desconectar: Salir del estado de hiperfoco puede ser difícil y a menudo nos deja sintiéndonos agotados o desorientados. Este agotamiento puede afectar nuestra productividad y bienestar a largo plazo.
El hiperfoco es una característica fascinante y multifacética de la neurodivergencia. Puede ser tanto una ventaja como un desafío, dependiendo de cómo se gestione. Al entender mejor este fenómeno y desarrollar estrategias para manejarlo, podemos aprovechar el poder del hiperfoco sin dejarnos consumir por él. La comunidad neurodivergente es resiliente y llena de potencial. A través de la comprensión y el apoyo mutuo, podemos aprender a vivir nuestras vidas al máximo, utilizando herramientas como el hiperfoco para alcanzar nuestros sueños mientras mantenemos nuestra salud y bienestar.