Por Zayra Alejandra M. Carlos
La biopiratería sucede cuando las riquezas y conocimientos biológicos colectivos tradicionales de los pueblos indígenas se privatizan por cuenta de empresas transnacionales y organismos gubernamentales de las primeras potencias, por lo que puede verse como un proceso de saqueo y apropiación de la biodiversidad, ya que muchas de las nuevas tecnologías tratan de monopolizarla lo mayor posible.
Diversos factores han contribuido a que esto se agrave, como el desarrollo e incremento de biotecnología, ingeniería genética y los sistemas de información geográfica; diversos tipos de crisis como la económica, política, social y ambiental; y el desconocimiento que la sociedad tiene sobre el tema. Además de la incomprensión y desinterés a las iniciativas contra el robo de la riqueza biológica.
Un ejemplo muy claro sobre biopiratería es lo sucedido con el frijol mexicano, la empresa POD-NERS L.C.C. de los Estados Unidos de América (EUA) patentó, en 1994, una variedad de frijoles llamados azufrados o Mayocoba que son de origen mexicano y fueron comprados por esta empresa. Este tipo de frijol amarillo ha sido cultivado en México por siglos, específicamente desde Mesoamérica, ha sido adaptado y desarrollado por generaciones de campesinos mexicanos y, recientemente, por fitomejoradores (el cual es un proceso de modificación y mejora de las características genéticas de las plantas) mexicanos. La empresa inició una acción legal en perjuicio de cultivadores mexicanos de frijol, alegando que los frijoles mexicanos que están vendiendose en EUA infringen una patente de propiedad de POD-NERS, por lo que tenían que pagarse derechos de propiedad al cultivarlos en México.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta un 75 % de los fármacos que se venden en EUA tienen como base sustancias naturales que provienen de países con una gran biodiversidad biológica. Una vez que las empresas han extraído lo necesario, patentan el resultado para así garantizar el absoluto control del nuevo producto y lucran con sus beneficios.
Otros ejemplos de la biopiratería son:
- Pozol: la bebida ancestral consumida por los mayas está patentada por una empresa trasnacional holandesa y por una universidad estadounidense.
- El barbasco, Discorrea composita Hemsley: la planta trepadora originaria de Veracruz, Tabasco y Puebla, y de cuyo tallo se extraen las sapogeninas esteroidales para preparar las píldoras anticonceptivas, está patentada por Marker.
Pero ¿cuál es el problema real con la biopiratería? En contraste con estas ganancias monetarias que las empresas transnacionales ponen en movimiento con la privatización de las riquezas biológicas, las mismas actividades de biopiratería les ocasionan pérdidas a las comunidades indígenas y locales, ya que en su mayoría han desarrollado conocimientos profundos sobre el uso de plantas y otros recursos naturales a lo largo de generaciones. La biopiratería a menudo implica la apropiación de estos conocimientos sin reconocimiento ni compensación, lo que representa un acto de injusticia y que, con el pasar de los años, haya un despojo cultural, además de que perpetúa la desigualdad económica y priva a las comunidades locales de posibles ingresos que podrían mejorar su calidad de vida.
Pero no sólo hay perdidas comunitarias, también en la biodiversidad. La biopiratería a menudo implica la extracción masiva y no sostenible de plantas, animales y otros organismos con valor comercial. Esta explotación intensiva puede llevar a la sobreexplotación de especies, reduciendo drásticamente sus poblaciones y, en casos extremos, llevándolas al borde de la extinción y a menudo va acompañada de la destrucción de hábitats naturales. La extracción intensiva de recursos biológicos puede llevar a la degradación de bosques, selvas y otros ecosistemas vitales.
En mi opinión, no estoy en contra de las nuevas ciencias en el mercado, pero las empresas y organizaciones que se benefician de los recursos biológicos y conocimientos tradicionales tienen una responsabilidad ética de operar de manera transparente y justa. Esto incluye reconocer el origen de los recursos, negociar acuerdos justos y asegurarse de que las prácticas de recolección y explotación sean sostenibles. En mi mundo ideal hay una colaboración entre gobiernos, empresas y comunidades para desarrollar soluciones sostenibles y justas. ¿Tú qué opinas de este proceso?