Por Rosalinda Becerra
¿Has oído hablar de la teoría de las cucharas? En nuestra vida diaria, todos administramos nuestros niveles de energía y recursos para enfrentar las diversas tareas y responsabilidades que se nos presentan. Sin embargo, para las personas neurodivergentes o aquellas con discapacidades invisibles, esta gestión puede ser significativamente más desafiante y agotadora. Aquí es donde entra en juego la teoría de las cucharas, una herramienta poderosa que nos ayuda a comprender y comunicar estas realidades.
El origen de la teoría se remonta a una necesidad urgente de explicar cómo es vivir con una condición crónica. En su demostración, Christine Miserandino tomó 12 cucharas y las utilizó como símbolo de la cantidad de energía disponible en un día típico. Describió cómo cada actividad cotidiana, desde levantarse de la cama hasta ducharse y vestirse, consume una o más cucharas. Esta metáfora tangible ayuda a visualizar cómo, para muchos, la energía se agota rápidamente, y decisiones aparentemente triviales para otros, requieren una cuidadosa consideración y planificación.
La teoría de las cucharas es especialmente relevante para individuos neurodivergentes y aquellos con discapacidades invisibles por varias razones:
Autogestión y planificación
Para las personas neurodivergentes, la teoría de las cucharas puede servir como una herramienta útil para la autogestión. Al visualizar su energía como cucharas limitadas, pueden planificar sus actividades y prioridades de manera más efectiva, asegurando que tengan suficiente energía para las tareas esenciales y evitando el agotamiento. Esta planificación consciente permite un manejo más sostenible de la energía, mejorando la calidad de vida.
Visibilidad y validación
Las discapacidades invisibles a menudo no reciben el reconocimiento que merecen debido a su falta de visibilidad. La teoría de las cucharas valida las experiencias de aquellos que viven con estas condiciones, proporcionando una voz y una herramienta para comunicar sus desafíos diarios. Esta visibilidad es crucial para que la sociedad entienda y acepte las necesidades y limitaciones de estos individuos.
Recuerda que no estás solo en este viaje. La comunidad neurodivergente y las personas con discapacidades invisibles están repletas de individuos que comparten tus experiencias y desafíos. Juntos, podemos construir un entorno más comprensivo y solidario, donde cada persona tenga la oportunidad de prosperar y vivir con dignidad y respeto. Cuida de tus cucharas y de ti mismo, y sigue adelante con la confianza de que cada día estás haciendo lo mejor que puedes.