Por Alejandra Carlos Pacheco
Hay muchas mujeres que han vivido de cerca el cáncer de mama, que han convivido con pacientes, mujeres que lo han superado, otras que lamentablemente no, pero todas ellas tienen una historia que transmitir. En ocasiones es difícil contar sus vivencias por los prejuicios o señalamientos de los demás, cuando en realidad los que estamos del otro lado olvidamos el significado de la empatía y de aceptar las decisiones que les hacen bien a los demás.
María de Jesús Cruz Acevedo es una de esa mujeres que no se dejó vencer por el cáncer de mama, ella vive en Tierra Nueva, San Luis Potosí y en 2014 comenzó su recorrido con esta enfermedad, “en noviembre me di cuenta que al mover el brazo sentía una espinita, aunque supe que no era normal lo dejé pasar, al pasar los meses era tanta la incomodidad que ya no usaba brasier, ya que me calaba, uno de mis hijos supo de esto y me recomendó que hiciera una cita para checarme, llegó febrero de 2015 y un doctor nos visitó en mi municipio, al revisarme supo que no era normal, que sentía algo duro, me mandó a hacerme una mamografía a San Luis Potosí capital, fui el 5 de marzo de 2015 y mi resultado fue que tenía cáncer de mama, que era muy agresivo y necesitaba operación urgente”.
“Cuando me dieron la noticia no sentí tristeza, mi familia estaba más preocupada que yo, más porque no contaba con seguro social ni nada y recurrí a operarme en una clínica particular, entonces el 26 de marzo me quitaron mi seno y al acudir a revisión post operatoria el 11 de mayo, me dijeron que necesitaba quimioterapia, así que me dieron cita para comenzar en junio y no fui”.
“Mi hijo investigó en internet una clínica en Guadalupe, Zacatecas, al llegar ahí me comentaron que si decidía hacerme las quimios no pasaba nada, ya que ahí daban otro tiempo de tratamiento sin necesidad de las quimioterapias, la doctora que me atendió únicamente vio mis estudios y ya, me dio como 10 medicamentos, unos líquidos, unos tés, pastillas y una dieta, me quitó comidas como leche, gelatina, queso, yogurt, enlatados, envasados, carnes y otras cosas”.
La dieta de María de Jesús consistía en muchas verduras, frutas y leguminosas, bastante estricta, pero al tomar la decisión de no hacerse la quimioterapia y probar con estos medicamentos sintió una mejoría cada día. Para el mes de octubre de ese año se realizó unos estudios y todo iba muy bien, y en 2019 fue declarada vencedora de cáncer, además sus órganos se encontraban perfectamente.
“Creo que para superar este tipo de enfermedades, está en quererse primero una, en cómo somos; antes yo era una mujer sumisa, siempre de casa, de hogar y a partir de esta experiencia, el cáncer en lugar de hacerme llorar, de apartarme de los demás, de tumbarme, desesperarme, empecé a vivir, a arreglarme, a salir, me fui a un club de bebidas y productos de la salud, me metí a la política y actualmente estoy en un partido, me acerqué a la iglesia, a la liturgia y comencé a ver por mi y mi bienestar”.
“En este tratamiento nunca se me cayó el cabello y mi psicóloga me pidió vivir mi vida; cuando me lo detectaron a los 45 años, la más chica de mis cinco hijos tenía cinco, entonces yo no lloraba, no tenía miedo, no pensaba en la enfermedad, más que nada por que tenía que pensar en mi y en mi familia, siempre pensé en estar bien, salir adelante, nunca me decaí, yo no estaba en los rincones llorando y ahorita estoy muy enfocada en mi”.
“Una de las cosas a las que me enfrenté fue a la opinión de los demás, una de mis vecinas a la que también le diagnosticaron cáncer de mama trataba de convencerme para hacerme las quimios y hablaba con mi familia para que me convencieran, siendo que tenía que respetar mi tratamiento y mi decisión”.
“No me arrepiento del tipo de tratamiento que llevé, la doctora que me atendió después de mi operación me explicó que todos y todas tenemos células cancerígenas, pero hay a quienes se les desarrolla por su alimentación y calidad de vida, así que esas células crecen, así que estoy muy agradecida de buscar una mejor opción, si hubiera sabido antes de esta clínica no me hubiera sometido a la operación y lo mejor es que me transmitieron muchas ganas y ánimo durante ese proceso”.
“Siento que mi actitud y la fe que puse en vivir fue lo que me llevó a superar la enfermedad. El cáncer fue vencido de mi cuerpo, el cáncer no lo es todo, podemos seguir viviendo, puede que algunas mujeres tengan una situación peor a lo que viví, pero siempre hay que ser positivas, hay que revisarnos, ir con el doctor y vivir el hoy como si fuera el último”.
“En mi vida común jamás me enfermaba de nada, ni de gripa, ni un dolor de cabeza y siempre pensé que si algún día enfermaba, no sabría de qué, ya que yo no tenía ni un dolor de cabeza y después de que me dieran de alta, trato de cuidarme más y como muy sano. Lo más importante es que empecé a vivir a pesar de tener una enfermedad”.