Cuando dormir es un sueño: el insomnio en los cerebros neurodivergentes

Por Rosalinda Becerra

Desde que era bebé, el insomnio ha sido una constante en mi vida. Mis padres, preocupados y desconcertados, observaban cómo su pequeña no seguía el guion común de los niños que se sumergen en los brazos de Morfeo. Las noches se extendían y yo permanecía despierta, con los ojos abiertos en la oscuridad, mientras el mundo descansaba. Con el paso de los años, esa dificultad para conciliar el sueño no hizo más que intensificarse. La niñez y la adolescencia trajeron consigo una mayor conciencia de esta lucha nocturna. Las horas de descanso, que deberían haber sido reparadoras, se esfumaban rápidamente, dejándome en un estado de agotamiento crónico, irritabilidad y una sensación de estar perpetuamente desfasada con el resto del mundo.

Durante mi proceso de diagnóstico de TDAH, mencioné este problema a mi psiquiatra. Aunque el insomnio no figura como un criterio diagnóstico oficial para el trastorno, ella me iluminó sobre cómo suele ser uno de los indicadores tempranos en personas con TDAH. Este comentario encendió una chispa de curiosidad en mí, llevándome a investigar más sobre el tema.

Uno de los factores que contribuye al insomnio en las personas neurodivergentes es la desregulación del ciclo circadiano. El ciclo circadiano es el reloj interno que regula los patrones de sueño y vigilia en un ciclo de aproximadamente 24 horas. En las personas neurodivergentes, este ciclo a menudo está ‘retrasado’, lo que significa que nuestros cuerpos no sienten sueño hasta mucho más tarde en la noche, y, por ende, nos cuesta muchísimo levantarnos por la mañana.

El apoyo de profesores y tutores marcan una gran diferencia en cómo manejamos el insomnio. Cuando un profesor comprende nuestras luchas únicas, como las dificultades para concentrarnos o la necesidad de horarios flexibles debido al agotamiento, puede aliviar mucha presión. La libertad de tomar descansos cuando sea necesario o acceder a recursos adicionales, como extensiones en los plazos de entrega, puede ayudarnos a concentrarnos en nuestro trabajo y así tener un mejor rendimiento académico. Mi experiencia con el insomnio no es única, pero es importante. Al compartir mi historia, espero humanizar esta lucha que muchos de nosotros enfrentamos en silencio. El insomnio no es solo una etiqueta médica; es una experiencia emocionalmente agotadora que merece comprensión y empatía.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *