Por Rosalinda Becerra La tormenta se acerca; lo percibo. La ansiedad se apodera de mí, y mis manos comienzan a moverse frenéticamente en un intento desesperado por calmarme, pero es demasiado tarde. El mundo a mi alrededor parece intensificarse; los sonidos se vuelven ensordecedores y las luces deslumbrantes. Siento el dolor, lloro; me encuentro en […]
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