Por Rae Ávalos
Suele pasar ¿no? Estás por terminar la carrera, los profesores te lo recalcan, tus familiares ya tienen un plan de vida para ti, un trabajo deseado, la gente a tu alrededor, compañeros y amigos ya tienen un trabajo o eligieron lo que van a estudiar después, algún posgrado, tal vez lo que realmente querían estudiar después de dedicarse a una carrera para darle gusto a sus padres, en pocas palabras ya saben qué sigue.
Y por supuesto que no es nada seguro, es decir, nadie tiene asegurado el día siguiente por muy trágico que pueda sonar, e incluso si así fuera, sus planes pueden desmoronarse o no funcionar, pero al menos tienen un plan.
Me pasa más seguido de lo que estoy dispuesta a admitir y en una de esas ocasiones en que no encontraba respuestas (en ese momento tenía un muy buen trabajo, pero no me llenaba y no quería continuar trabajando allí, pero salir se veía como la peor decisión de mi vida), me encontré con un video, hace ya años de eso, de una mujer llamada Judith Tiral, en él dice consejos que me parecieron valiosísimos, sobre cómo puede ser abordada esta problemática.
Siempre pensamos que debemos de elegir un camino determinado, a los veintes ya debes saber qué vas a hacer y ser por el resto de tu vida, yo creo que no debe de ser así, ella menciona que, en lugar de pensar “¿qué voy a hacer por el resto de mi vida?” es más fácil pensar “¿qué quiero hacer en este momento de mi vida?” en el próximo año, en lo que estudio la carrera, eso es más sencillo que condenarse a hacer algo que te convence, pero no para toda la vida, ¿hay un propósito de vida? Tal vez, pero la vida no siempre se adapta a eso, y cuando vas eligiendo por etapas puedes ver hacia dónde van realmente tus intereses, tus gustos, porqué te dejas explorar y vivir cosas en las que tienes interés, pero no sabes si eres bueno o no.
¿Qué pasa si no sabes que te gusta? Bueno, Judith dice que una alternativa es hacer cosas que no te gustan, que no te ves haciendo. En algún momento de mi vida —no recuerdo la fuente— tomé lo siguiente con pinzas, escuché que Agatha Christie, leyenda literaria del género policiaco, obtenía sus ideas de crímenes mientras lavaba los platos, decía que cualquiera se volvería capaz de cometer todo tipo de crímenes o volverse loco si tuviera que lavar los platos, o algo así, cosa que pude comprobar una ocasión en que trabajé de lavaloza en un restaurante, el área de la loza era un pequeño cuartito con una sola ventana que daba al estacionamiento y, mientras lavaba la loza en completa soledad me imaginaba todo tipo de cosas, sobre todo imaginaba el futuro y lo que quería que fuera.
Otro consejo que da es “no hagas por mil euros lo que no harías por un euro”, es que es española y es un recomendación bastante inspirador, pero en México, así como en la gran mayoría de países de Latinoamérica, una idea como esa es complicada de aplicar, muchas de nuestras decisiones tienen que ver con la economía y crecimiento porque hay pocas oportunidades, y hay que hacer muchos sacrificios para alcanzar a aplicar a las oportunidades, siendo casi una apuesta; la idea en si es que trates de priorizar dedicar tu tiempo a algo que te llene y que no te moleste a algo que te dé un nivel económico alto, pero a cambio de hacer cosas que solo hacen que te desvanezcas como individuo.
Cuando tienes algo que quieres hacer y no te decides, proponte hacer una escala del uno al 10, pregúntate qué tanto quieres hacer dentro de esa escala, si eliges un seis, lo más probable es que realmente no quieras hacerlo, el siete no vale, según explica, es como estar en el limbo, pero si eliges el ocho o más, es porque realmente quieres hacerlo.
Ok, ya sé que quiero hacer algo, me convencí al fin, pero… me da miedo.
Ella dice, en su video, “el miedo mata muchos más sueños que el fracaso”.
El miedo al fracaso puede detenerte, en redes siempre se muestra el éxito, lo bien que le va a la gente, entonces parece que nunca han pasado por un fracaso, la realidad es que nadie tiene más éxitos que fracasos, los fracasos no se ven, nadie quiere que se sepan.
El miedo al fracaso muchas veces se da por el miedo al que dirán, señala Judith, la gente siempre va a hablar sobre otros, que fracase alguna empresa dará que hablar, es lo más probable, aunque solo es un momento, la gente lo olvidará, “para la gente eres un personaje secundario”.
“Si no tienes muchos fracasos no vas a aprender”, claro que cuando inicias algo, que haces algo por primera no va a salir bien, la mayoría de veces, pero eso no significa que no seas bueno en ello o no tengas oportunidad”.
Ella señala que hay que dejar de decir: “he fracasado con tal cosa”, lo que fracasa es la cosa, el hecho, no la persona, no tú, una caída no te convierte en tierra, unas galletas duras no te convierten en el mayor fracaso de la gastronomía.
“No tienes que tener todo resuelto antes de avanzar” es como concluye, hay un concepto que ella maneja que es “parálisis por análisis”, en ocasiones no hacemos las cosas por pensarlas y darle vueltas sin actuar ¿se te ha ido alguna oportunidad por ello?, por pensar si esto es mejor o en realidad mejor aquello… la realidad es que lo mejor es avanzar, es necesario, en todos los aspectos de la vida, tal vez andando encuentres un camino que quieras seguir.
¿Quieres saber más? Te recomiendo que veas su video.