Cáncer de mama: una oportunidad de vida

Por Alejandra Carlos Pacheco

Un febrero de 2019, Flor de María Zavala Cortina trabajaba como sub coordinadora en una estancia infantil, ya que estudió la Licenciatura en Puericultura, además, estudiaba su segunda carrera de Ingeniería Industrial en una universidad privada y poco a poco cumplía sus sueños. En ese mes sintió una inflamación en el ganglio axilar, acudió al doctor y le dijo que era algo normal, le dio tratamiento para ese síntoma, pero ella en lugar de sentirse mejor, su cuerpo le dio señales de que iba empeorando, hasta que acudió con un oncólogo y le dio el resultado que menos esperaba: CÁNCER DE MAMA.

A una joven con 28 años de edad la vida le cambió por completo, ya que —en su mayoría— este cáncer ataca a las mujeres a partir de los 40 años, entonces para que por fin pudieran realizarle los estudios correspondientes, tuvo que  hacer muchísimo trámite y firmar como responsable.

Flor de María Zavala Cortina, superó con éxito el cáncer de mama

“Después de cuatro meses (junio de 2019) de buscar que era lo que sucedía con mi cuerpo, finalmente me dieron el resultado de un cáncer nivel 4, triple negativo catalogado como el más agresivo y en un estado muy avanzado. En lo que buscaba la respuesta, tenía miedo de lo que pasaba, le pedí a Dios que no me quitara esa cruz y que por lo menos me dejara sentirme acompañada, entonces al recibir la respuesta, sentí mucha paz y tranquilidad de saber lo que tenía y no estar con la incertidumbre”.

“En mi caso, a diferencia de muchas mujeres que lo padecen, mi cáncer no tenía muchas formas, de no haberme hecho los estudios no sabría que lo tenía, ya que no sufría malformaciones, el mío estaba encapsulado. Al momento de recibir el diagnóstico, me dieron una semana para la extirpación de seno y conté con una gran bendición, mi doctor me hizo la operación con reconstrucción y eso ayudó bastante a mi autoestima”.

Después de un mes de reposo post operación vino otra de las partes más fuertes, tomar las quimioterapias, “me preparé muchísimo en mi alimentación y en la parte emocional para recibirlas, ya que son muy fuertes y dolorosas. Recibí ocho quimioterapias y 22 radioterapias, en ese mes traté de desintoxicar a mi cuerpo en todas las maneras posibles”.

“A mi trabajo renuncié porque no podía mantenerme con mis estudios de salud y en la carrera mis compañeros fueron un gran apoyo y soporte, aunque fue complicado tuve la oportunidad de estar en un grupo muy unido, a los que considero como mi familia, me apoyaron muchísimo, la Universidad y ellos me enviaban los trabajos, ya cuando me sentía bien asistía a clases presenciales, así fue cómo que terminé la carrera y las radioterapias. En ese tiempo tuve que dejar las actividades sociales y me la pasaba en casa, lo mejor fue tener a mi familia y amigos cercanos junto a mi, a compartir con otras personas, dejarte amar por quiénes te quieren es algo muy importante”.

Al concluir este proceso, las mujeres que han superado el cáncer de mama deben pasar un monitoreo, en el caso de Flores de María, le dieron cinco años, mismo que está próximo a concluir en 2024, “actualmente estoy tomando todo lo del monitoreo como si fuera otra carrera, porque son cinco años y hay que tenerle mucha paciencia, ser muy constantes, muy perseverantes, el hecho de que ya me sienta bien y que siempre me sentí bien se debe a esa paciencia. Para mi futuro quiero poner en práctica mi carrera de Ingeniería, actualmente doy clases de regularización para niños de manera particular, me gusta mucho estar con ellos, por la paz que transmiten y la tranquilidad sin que ellos estén conscientes, la verdad es que edifican mucho el ánimo”.

“Las personas piensan que el cáncer es igual a muerte, hay mucha gente que lo ve como castigo, como algo terrible, de sólo escuchar la palabra se nos viene el mundo encima y la verdad es que hay muchas cosas buenas, el hecho de no aceptarlo no significa que no está y la verdad es que también es parte de nosotros, entonces es acogerle y salir adelante, para mi fue parte de mi experiencia, de mi parte de vida, no podía rechazarlo. La mayor experiencia que esto me dejó y que es algo que me gusta compartir es que entre más jóvenes tengamos una educación de salud es mejor, las chicas deben conocer su cuerpo, que no se vea como un tabú, es importante quererte y amarte, para que en estas situaciones puedas decir que algo no lo reconoces y no es parte de tu cuerpo, eso es la prevención, porque la detección a tiempo sí salva vidas, en mi caso me hubiera gustado que se me detectara muchísimo antes, sin embargo, los doctores me dijeron tienes un mes y aquí estoy“.

“Al final siempre hay una salida, son importantes nuestras decisiones, nuestra forma de ver la vida, nuestro ánimo, tener tu fe bien cimentada y la confianza que les das a los doctores. Nunca hay que perder la fe y la esperanza, si se cierra una puerta o dos, hay que aprender a tumbarlas con todas tus fuerzas, con la mente y corazón. El cáncer es sólo un capítulo de tu vida, pero no el libro completo, nuestra vida sigue siendo muy significativa y valorada en este mundo, por ello jamás me rendí”.

“Si volviera a empezar no cambiaría nada, estaría muy agradecida de vivir esta etapa muy dolorosa y sé que cualquier persona que lo esté pasando en este momento es difícil, pero también siempre hay una salida y habrá algo maravilloso. Siempre es bueno dar todo de tu parte, con todo el positivismo y abrazar a quienes están cerca”.

19 de octubre, Día Internacional Contra la Lucha del Cáncer de Mama