Luis Raúl Hernández Herrera
A la mayoría de hombres que captamos el mensaje de las mujeres nos interesa apoyar al movimiento feminista, pero existe ese afán de algunas personas del género masculino de denominarse “feministas”, así como de querer tomar el protagonismo en el colectivo, aunque eso no es lo correcto. Si piensas que no tiene nada de malo te invito a que continúes leyendo.
Debemos recordar que el feminismo nació como un movimiento por, para, sobre y de las mujeres. Aunque esté claro esto, a muchos de nosotros nos suele generar dudas el rol que deberíamos tomar como hombres, puesto que somos parte central de toda la problemática machista y patriarcal.
Así que ¿deberíamos hacer algo? ¡Claro que sí! Pero si de verdad queremos ayudar a las mujeres tenemos que hacerlo desde nuestras trincheras, ¿cómo? Empezando por cuestionarnos a nosotros mismos y a otros hombres sobre nuestras actitudes machistas.
Para eso hay que reconstruirnos y convertirnos en enemigos del machismo, eso puede generar conflicto en algunos casos, podemos llegar a quedar mal en un grupo de hombres o con algún amigo, pero hay que entender que este es un momento de cambio social y es una problemática que nos afecta a todos. Quedarnos callados para evitar problemas nos hace parte del problema, así que recuerden, quedar mal con algún amigo machista es lo de menos y no debería de importarnos.
Hablando de amigos, hace poco estuve hablando con uno de mis mejores amigos de la secundaria sobre estos temas y me comentó lo siguiente:
– Necesitamos cambiar esas actitudes para que en un futuro sea más común decir entre hombres: “No mames, ¿le tomaste fotos sin su consentimiento? Qué asco das” en lugar de “A ver, rólalas”.
¿Ese futuro se escucha genial no es así? Uno donde el hombre respete el cuerpo de la mujer y no busque tomar protagonismo en movimientos que no son suyos, sino que trabaje desde su propia trinchera.
Personalmente, debo decir que me encontré envuelto en varias de esas situaciones que comentó mi amigo y prefería quedarme callado, simplemente lo ignoré para evitar problemas, sé que fui cómplice con mi silencio y me arrepiento de ello, pero ahora, si veo que una situación está fuera de control, ya no puedo callar e ignorar más, no podemos seguir haciéndolo. Es por eso que te invito a reflexionar sobre el rol que debemos tomar nosotros como hombres y adoptemos una nueva masculinidad, donde respetemos la integridad de todo ser humano.