Vacaciones y contaminación

Por Zayra Alejandra M. Carlos

Han llegado las vacaciones y es momento de tener un merecido descanso, si bien es tiempo de divertirse y relajarse, es importante tener conciencia de que nuestro entorno requiere cuidados durante todo el año, este tiempo de ocio puede ser significativo para el medio ambiente, por lo cual hay que conocer los efectos directos o indirectos que tenemos hacia el planeta en las actividades que hacemos en nuestro descanso.

El uso de varios medios de transporte, en particular el crecimiento de la actividad aérea en los meses de verano, va acompañado de un incremento en la generación de gases de efecto invernadero, los cuales retienen el calor del sol e impiden que escape al espacio, provocando así el calentamiento global.

También el turismo llega a contribuir a la contaminación del aire, agua y suelo. Los residuos generados por los turistas, incluidos los plásticos y otros desechos no biodegradables, a menudo terminan afectando negativamente la biodiversidad local y obstaculiza la principal estrategia de conservación de estos espacios naturales. Además, cada año aumentan la construcción de infraestructuras turísticas, tan sólo en México la Secretaria del Turismo (Sectur) informó que de 2019 al primer trimestre de 2024 se han invertido 44 mil millones de dólares en infraestructura turística, como hoteles, resorts y carreteras, que a menudo implica la destrucción de hábitats naturales y, con esto, pérdida de biodiversidad. Esto puede afectar negativamente a las especies locales y alterar los ecosistemas.

En nuestros viajes podemos llegar a perturbar la vida silvestre, especialmente en áreas donde los animales están acostumbrados a un entorno tranquilo. El ruido, la basura y la presencia de grandes grupos de personas pueden causarles estrés y alterar sus comportamientos naturales afectando su supervivencia. Lo que más llega a perjudicar su hábitat son las actividades turísticas:

  • El senderismo: la erosión del suelo es el proceso mediante el cual su capa superior se desgasta y se desplaza, y puede ser acelerada por actividades humanas. Los senderistas a menudo pisotean la vegetación que protege el suelo. La pérdida de vegetación expone el suelo a la acción directa del viento y la lluvia, facilitando su erosión.
  • Buceo/viajes en cruceros: al hacer estas actividades pueden dañar los ecosistemas marinos, especialmente los arrecifes de coral. Los daños a los corales se producen por golpes y contactos físicos con el equipo de buceo o con las anclas y la contaminación emitida por el transporte marítimo pueden causar daños considerables, ya que produce aproximadamente un millón de toneladas de residuos orgánicos al año, el 24 % de los cuales proceden de los cruceros. 
  • Uso de bloqueador solar en el mar: Aunque sabemos que el bloqueador solar es importante para la protección de la piel humana y esencial para las vacaciones en la playa, al estar en contacto con el mar ocasiona que los productos químicos de los bloqueadores solares pueden acumularse en el agua y los sedimentos marinos, lo que puede tener efectos a largo plazo en la salud de los ecosistemas marinos como alteraciones en el medio y provocar trastornos hormonales y reproductivos en las especies marinas.  

A ver, cuéntame ¿y tú como vas a cuidar al medio ambiente en tus vacaciones?