Andrea María Montante Hernández
Se dice que el amor es la fuerza que mueve al universo, que sin él la vida no tendría sentido. El amor no es más que una reacción química en nuestros cerebros, nos hace sentirnos invencibles, inmortales, nos convierte en las personas que quisiéramos ser siempre y también las más felices del mundo. Pero ciertamente esta no es la única manera en que se concibe este fenómeno, para los humanos hay más de mil maneras para demostrar amor, cada individuo es único al momento de ser “romántico” porque es un concepto bastante subjetivo en cuanto a cómo lo percibe cada persona, pero al final sigue siendo una muestra de amor y afecto. Ahí es donde está la magia de esta palabra, en que existen significados y representaciones infinitas.
El amor es una acción, una búsqueda con un objetivo posible o no, pero al final una búsqueda. Pasamos nuestras vidas en busca de él y siempre con la esperanza de encontrar al amor “verdadero”, a tu alma gemela, tu media naranja, pero ¿de verdad existe una persona destinada a estar contigo para siempre? o ¿es simplemente un invento más de las personas para no pensar que nuestras vidas no tienen sentido?
Mi respuesta es sí y no, desde el momento en que nos metemos con el destino muchas cosas pueden pasar por nuestra mente; es verdad que existe esa sensación de “amor”, las mariposas en el estómago, que nos hace sentirnos bien y nos hace seguir adelante, pero en cuanto a la media naranja debo decir que no creo que exista como tal, la idea de encontrar una persona que te completará no parece realista, no puedes esperar que otro venga a completarte y pensar que sólo así serás feliz. El completarte como persona no es trabajo del amor ni de alguien más, sólo llega a acentuarte como persona, explotar lo que eres, y de esta forma compartirte con alguien que esté dispuesto a compartirse como persona contigo, no es completarte, si no compartirse ambos.
Para amar a una persona primero se nos dice que debemos amarnos a nosotros mismos, pero no es tan fácil como suena, esto sería una condición que se cumpliría si viviéramos en un mundo perfecto (en el que obviamente no estamos), por eso estamos rodeados de historias trágicas en las que el villano es el amor, pero no lo es del todo, si no un conjunto de sucesos que no contribuyeron a un buen final feliz.
No digo que el amor no exista, claro que existe, pero no podemos englobar todo lo que conlleva amar a alguien en una palabra de cuatro letras, el amor son muchas cosas y debemos dejar de verlo como algo perfecto, porque simplemente es de las cosas más complicadas de la vida, es por eso que lleva una búsqueda tan extensa pero también es de lo más bello, todos merecemos conocer ese sentimiento de ser escuchados, entendidos y aceptados y regresarlo de manera recíproca.
Si logramos tener ese vínculo de amor sano con alguna persona no significa que no tengamos que seguir cuidando de él, se trata de un ejercicio de acciones en el que ambas partes recuerden por qué están allí, que se merecen el uno al otro y que estarán para acompañarse y apoyarse en cualquier situación.
que buena reflexión espero sigas escribiendo más ✌🏼