Retos y expectativas frente al regreso a clases
Blanca Azucena Olvera Ojeda
Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades
Durante los últimos meses la idea de un regreso a clases de forma presencial parecía imposible o muy lejana. Incluso ahora, cuando varias instituciones educativas de nivel básico han decidido implementar un modelo híbrido para concluir el ciclo escolar, el retorno a las aulas aún se siente distante. No obstante, después de dos semestres en línea y numerosos cambios de por medio, ésta se convierte en una fecha ansiada que promete diversos retos y expectativas.
En primer lugar, uno de los grandes desafíos recae en el hecho de comprender que varias de las actividades que realizábamos antes de la pandemia, y que contribuían no sólo a nuestro desarrollo en el ámbito académico sino también personal y social, con esta nueva normalidad tendrán que cambiar. Hacerlo, de entrada, se vuelve una tarea compleja, pues ¿cómo imaginar que en algún momento compartir un espacio con más de veinte personas, como en la cafetería, la biblioteca, algún pasillo o el mismo salón de clases, implicaría un potencial riesgo para nuestra salud?
De esta forma, las medidas de higiene y los protocolos que nuestra universidad ha implementado se vuelven más que necesarios. En este sentido, garantizar la seguridad de cada uno de los estudiantes, maestros y personal que labora en dicha institución es fundamental para que el regreso a clases se convierta en una realidad a la que podamos marchar sin temor o miedo alguno.
En segundo lugar, resulta imposible cuestionar que con la llegada de la pandemia muchas cosas que como alumnos esperábamos de nuestra carrera cambiaron o simplemente no sucedieron: prácticas, salidas de campo, seminarios, congresos, entre otros; actividades y experiencias que muchos añorábamos, simplemente no se dieron. Sin embargo, tampoco podemos negar que aprendimos nuevas herramientas y formas de comunicación que no hubiéramos pensado en utilizar.
Sin duda, todo este escenario se presenta ante nosotros como un arduo reto, pero ¿cómo enfrentarlo? Ciertamente no existe una respuesta correcta a esta pregunta; aun así, creo que cada uno de nosotros es capaz de encontrar en sí mismo un motivo que le permita seguir esperando lo mejor ante las inesperadas situaciones que se presentan: para quienes ingresan, quizá sea el entusiasmo de comenzar una etapa nueva, para quienes cursan su tercer o quinto semestre, el experimentar nuevas dinámicas además de las que se generaban en clases en línea y para quienes concluyen o están a punto de hacerlo, como en mi caso, la emoción por reencontrarse con amigos, compañeros y maestros.
Razones y porqués puede haber miles, lo importante es que, sabiendo que el regreso a clases presenciales puede ser complicado, como lo fue en su momento adaptarnos al modelo virtual, es posible levantarnos y sobreponernos ante dichas circunstancias. Si lo hicimos antes, lo haremos ahora.