Los excesos alimenticios de temporada invernal pueden acarrear problemas, sobre todo en aquellos que sufren enfermedades crónicas, advirtió el maestro Luis Antonio Martínez Gurrión, director de la Facultad de Enfermería y Nutrición de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).
En entrevista, Martínez Gurrión subrayó que las bajas temperaturas que caracterizan el fin y principio de año en San Luis Potosí propician la ingesta de comidas ricas en calorías. Además, las celebraciones y eventos que se suceden en esta temporada pueden desequilibrar fácilmente a personas con enfermedades crónicas, debido a las comidas copiosas y ricas en carbohidratos.
A pesar de los propósitos de iniciar dietas, el director enfatiza la importancia de ajustarse a las condiciones calóricas y de actividad de cada individuo. Es crucial reconocer que, si la población no realiza al menos 30 minutos de actividad física diaria, deben realizar los ajustes necesarios en su consumo calórico.
La cultura hospitalaria mexicana, que se manifiesta en la oferta constante de alimentos, puede contribuir a excesos alimenticios durante la temporada. En este sentido, Martínez Gurrión destacó la necesidad de establecer límites y generar conciencia sobre los hábitos alimenticios.
El maestro advirtió sobre el estilo de vida actual, donde la falta de ejercicio se combina con hábitos alimenticios inadecuados. La delgadez no garantiza salud si se mantiene una dieta desequilibrada. Es esencial encontrar un equilibrio entre el consumo de calorías y el gasto energético, especialmente para aquellos que no realizan ejercicio regularmente.
Martínez Gurrión hizo hincapié en la incidencia de enfermedades crónicas, como la diabetes mellitus, en México, destacando el desequilibrio entre el consumo y gasto de calorías como uno de los factores principales. La obesidad, además de la diabetes, puede llevar a problemas como alteraciones en las articulaciones, lesiones en la columna, hipertensión y enfermedades renales crónicas.
Como remedio, el maestro aboga por adoptar un estilo de vida más saludable, incluyendo al menos 30 minutos de actividad física diaria y una alimentación balanceada. También señala la transformación en la dieta moderna, con una mayor presencia de alimentos hiperprocesados que no se alinean con la cultura tradicional, contribuyendo así a un mayor desequilibrio en la salud.
Noelia Martínez / MR
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