14 diciembre, 2025

Especialista de la CARHS advierte que la pobreza infantil requiere atención integral más allá del apoyo económico 

Al hablar de calidad de vida, las autoridades gubernamentales y de salud deben asumir una visión más sistémica sobre la atención a la niñez, pues a los menores no solo les afecta la pobreza, sino también el entorno familiar, advirtió el investigador de la Coordinación Académica Región Huasteca Sur (CARHS) de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), Dr. Johny Bautista Valdivia, coordinador de la Licenciatura en Psicología que se imparte en la entidad. 

El especialista expresó lo anterior tras el informe anual del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que señala que más de 417 millones de niños —el 20% de la población infantil mundial— en países de renta baja y media, como México, enfrentan al menos dos privaciones graves en aspectos esenciales como educación, salud, vivienda, nutrición, saneamiento o agua potable. El informe está disponible en el siguiente enlace: https://news.un.org/es/story/2025/11/1540782 

El investigador universitario coincidió con UNICEF en que la pobreza infantil no solo compromete el presente de millones de niñas y niños, sino también el futuro global, pues el entorno familiar impacta directamente en la comunidad y repercutirá en las próximas décadas en el desarrollo de cada región. 

Advirtió que la pobreza que afecta a la niñez debe atenderse desde todos los ámbitos, de lo contrario persistirán consecuencias económicas como las observadas en años recientes. Reconoció que, si bien los programas sociales que otorgan alimentos y recursos alivian parcialmente la situación, no representan una solución completa. 

Insistió en que la protección de niñas y niños debe ser integral. Desde el ámbito psicológico, afirmó que la intervención debe iniciar desde el embarazo, mediante estimulación temprana y acompañamiento emocional, acciones que deben ser impulsadas por el sector salud. Esto, explicó, es fundamental para el desarrollo emocional y cognitivo, y permite prevenir problemáticas futuras. 

En materia de nutrición, señaló que recibir apoyo alimentario no garantiza que un menor esté sano, pues influyen factores adicionales en la calidad de su alimentación. Asimismo, indicó que estudiar en una escuela pública tampoco garantiza una educación adecuada, ya que la infraestructura deficiente y la falta de docentes influyen en la calidad del servicio, aspectos que deben considerarse desde las políticas públicas. 

Enfatizó que para evitar privaciones en la infancia es necesario observar el ámbito social, especialmente en la región Huasteca, donde las familias enfrentan migración, efectos del cambio climático, falta de transporte, carencia de agua y servicios básicos como electricidad. Estas problemáticas, poco visibilizadas, generan estrés en los menores y pueden detonar padecimientos como depresión y ansiedad. 

Añadió que la migración obligada de los padres provoca que niñas y niños crezcan sin una figura paterna cercana, lo que influye en múltiples variables de su desarrollo. 

Los señalamientos del investigador confirman lo expuesto por UNICEF: la pobreza impide que los niños alcancen su potencial y debilita el tejido social de las comunidades donde viven.