Con un filme incluyente y emocional, arranca el 7º. Festival de Cine UASLP

Entre el silencio de una sala y la voz incluyente del cine y sus creadores, comenzó el 7º. Festival de Cine de la UASLP, cuya inauguración contó con la proyección de la cinta “Todo el Silencio”, de Diego del Río.

Tras la proyección de un video sobre el contenido de esta séptima edición, el rector de la UASLP, doctor Alejandro Javier Zermeño Guerra, dio la bienvenida y agradeció la presencia del director del filme, así como a la actriz Adriana Llabrés, el actor Moisés Melchor y la intérprete de lengua de señas mexicana, Alexa Navarro.

En su discurso, dijo que “en este festival va a haber 42 actividades en el Centro Cultural Universitario Bicentenario, en los campus de Matehuala y Valles, para descentralizarlo. Y nos enorgullece que el objetivo de este festival sea la formación integral, humana e incluyente de estudiantes, al difundir el cine, que es una de nuestras obligaciones, al igual que la cultura”.

En su intervención, la licenciada Cynthia Valle Meade, secretaria de Difusión Cultural de la UASLP, expresó que “este festival, a lo largo de estos años, se ha convertido en un referente cultural, ofreciendo un espacio para la creatividad, el diálogo y la exploración a través del séptimo arte”.

“Esta historia es un ejemplo claro del poder que tiene el cine para contar historias que mueven fibra, historias que nos tocan de manera emocional y nos inviten a reflexionar sobre realidades muchas veces invisibles. El cine tiene la capacidad única. De transportarnos, de hacernos sentir y de generar empatía”, agregó.

Posteriormente, el cineasta Diego del Río expresó ante los asistentes que “esta película nos invita a entrar lo más profundo del universo de la cultura sorda mexicana, que no ha sido representada muchas veces en las ficciones de nuestro cine. Este festival se siente como la culminación de un viaje extraordinario desde el estreno y es un honor poder inaugurarlo”.

Luego de estas palabras, se dio paso la función de “Todo el Silencio”, un relato emocional, actuado en lengua de señas mexicana, sobre la pérdida de la audición de una mujer, su proceso de aceptación y duelo, el cual se llevó las palmas de los asistentes.

Paola Muñoz