24 noviembre, 2024

Para el inicio de año sugieren crear propósitos acordes a la realidad de cada persona; generar expectativas fantasiosas puede generar fracaso

La maestra Esperanza Alonso Castañón, profesora de la Facultad de Psicología, expresó que una vez que finalizaron los festejos de navidad y año nuevo, la mayoría de la gente se replantea nuevos compromisos y metas para el año que está iniciando, por lo que el primer paso que se debe de dar es plantear objetivos realistas a las condiciones y realidades de cada persona.

Dijo que es común establecer propósitos de año nuevo complicados e inalcanzables porque se eligen a partir de situaciones estereotipadas lejanas a la realidad. “Uno de los tips básicos que puedo decirles es poner atención en qué contexto estás, cuál es tu realidad. Qué cosas están en tus manos y qué cosas dependen de muchas otras personas o circunstancias”.

La psicóloga sugiere analizar los objetivos de nuevo año a partir de la siguiente pregunta ¿Qué realmente quiero lograr en esta condición de mi vida? Porque señala que cada uno tiene una realidad muy particular y sobre eso puede ser que tal o cual objetivo sea factible o no. Explicó que generar expectativas extremadamente fantasiosas es el gran punto de quiebre y lo que lleva a fracasar. Entre los objetivos más comunes están bajar de peso, ir al gimnasio o leer libros.

Comentó respecto a cómo inculcar los propósitos de año nuevo en los niños; sugiere que esto sea sin la presión del propósito de año nuevo como tal, y en cambio sí con un enfoque de apoyo. Es decir, con las preguntas ¿Qué quieres hacer? ¿Cómo quieres vivir este día? “Con propósitos sencillos del diario. Sobre todo si son muy pequeños, ya que la cuestión del tiempo es muy diferente a la de los adultos.” Señaló que a los niños hay que plantearles objetivos más sencillos y ayudarles a organizar sus tiempos de una forma favorable.

Finalmente, la psicóloga Esperanza Alonso mencionó que antes de cambiar de propósito es importante cuestionar qué es lo que realmente incomoda a la persona y le produce alguna molestia, saber si realmente es el propósito o si hay algo alrededor del mismo que no se ha considerado.

“Cambiar de hábitos, actividades e incluso de sabores, puede ser molesto al principio. Hay que recordar que nada es permanente y todo cambia”.