Los planes gubernamentales para la naciente Universidad Autónoma de San Luis Potosí
El 5 de enero de 1923, casi dos años después de aquel discurso de Rafael Nieto, el gobierno estatal envió al Congreso del Estado la iniciativa de ley para el otorgamiento de autonomía al todavía Instituto Científico y Literario, aunque fue el secretario general de Gobierno, Ángel Silva quien firmó el documento, pues el mandatario se encontraba resolviendo unos trámites en la capital del país.
En la exposición de motivos, el Ejecutivo detalló la necesidad de que San Luis Potosí contara con una Universidad Autónoma “que libre de la acción política del gobierno, pueda dedicarse por sí sola a las finalidades que tienen los establecimientos de educación e instrucción, en sus grados secundarios, profesionales o superiores”.
En cuanto al tema financiero, se le asignarían a la institución partidas en el presupuesto de egresos, pues no le sería posible subsistir de manera independiente, “a menos que la Universidad tuviese capitales o rentas propias”.
También se refirió a los planes de estudio, sugiriendo que éstos estuvieran apegados a los impartidos en la Universidad de México, a fin de facilitar el intercambio de alumnos y darle prestigio a la institución potosina.