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Manejo de los recursos
El primer rector de la UASLP, el doctor Juan H. Sánchez, logró en el inicio de su gestión construir consensos entre alumnos y profesores -la mayoría médicos-, gracias a que durante su permanencia como director del Instituto Científico y Literario había promovido cambios en el Edificio Central y algunos ajustes en el reglamento.
Sin embargo, el control de las finanzas se volvió un tema complejo durante los inicios de la institución recién creada, pues no quedó muy claro si la autonomía implicaba únicamente las decisiones en el ámbito académico o también las concernientes a la obtención y administración de recursos económicos.
El gobierno estatal asignó a la universidad un subsidio de 87 mil 600 pesos anuales y se creyó que por ser recursos gubernamentales, la Contaduría de Glosa revisaría el manejo de esos recursos e informaría sobre ello al congreso.
Sin embargo, cuando la Contaduría de Glosa del Congreso intentó efectuar la revisión, las autoridades universitarias consideraron que se trataba de una intromisión y argumentaron que se les había otorgado autonomía para el manejo de los recursos.
En respuesta, los diputados advirtieron que la autonomía administrativa sería absoluta cuando la institución tuviera recursos propios para sostenerse, pero mientras recibiera dinero gubernamental, la universidad podría ser fiscalizada cuantas veces fuera necesario.
Integrantes del Consejo Universitario reprobaron durante la sesión del 5 de abril de 1923 la actitud de la Contaduría de Glosa, pero finalmente se acordó con el Congreso que mientras se reglamentaba el artículo 11 del Decreto 106 (referente al manejo de los bienes), la universidad proporcionaría los datos solicitados por la Contaduría.
Y aun con el subsidio gubernamental, la universidad enfrentó en esa época una severa situación financiera, con dificultades hasta para el pago de energía eléctrica.